Hermandad Nacional
Antiguos Caballeros Legionarios
CREDO
LEGIONARIO
Millan Astray, fundador de La Legión define el Credo Legionario diciendo “Es la base espiritual de La Legión, médula y nervio, alma y rito de ella”, en su libro “La Legión” escrito el año 1922, cuando deja el mando del Tercio de Extranjeros por primera vez.
Las primeras menciones al Credo Legionario nos llegan de la pluma de Ortega Munilla, que en una crónica publicada en ABC, de su visita el año 1920 al acuartelamiento de Dar Riffien, hace referencia al Credo.
En el libro La Legión, Millan Astray , va definiendo cada uno de los artículos del Credo, explicando el sentido de cada uno de ellos.
EL ESPÍRITU DEL LEGIONARIO: Es único y sin igual, es de fiera y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
“Espíritu guerrero, embestir con ímpetu, acortar la distancia, clavar la bayoneta. ¿Son guerreros?, Pues a pelear enardecidos, sin distingos, ni atenuaciones. Adelanta. Adelante, No les hablemos de parar ni de cubrirse con el terreno; no disculpemos previamente a la fuerza del instinto, ya llegará forzadamente la realidad a imponerse. Grabemos en su espíritu que para ser guerrero solo embistiendo cumple su deber y acredita el título”
EL ESPÍRITU DE COMPAÑERISMO: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.
“Prueba la más excelsa del compañerismo: No abandonar al caído, hasta dar la vida por él. Hagamos que llegue a sus entrañas el compañerismo y mostrémosle radiante, hermoso y solo para el bien”.
EL ESPÍRITU DE AMISTAD: De juramento entre cada dos hombres.
“Busca esta amistad aliviar las fatigas de la dura vida de campaña, lazo amistoso para que cada hombre tenga elementos de dos, un pacto para hacer comunes los beneficios, una segura ayuda en todos los casos, anulando el egoísmo individual”.
EL ESPÍRITU DE UNIÓN Y SOCORRO: “A la voz de ¡a mí La Legión!, sea donde sea, acudirán todos y con razón o sin ella, defenderán al legionario que pide auxilio”.
“Su explicación va en el mismo enunciado.”
EL ESPÍRITU DE MARCHA: Jamás un hombre dirá que está cansado hasta caer reventado. Será el cuerpo más veloz y resistente.
“Hemos de pedir perdón por la irreverencia al hombre al exigirle que caiga reventado como el caballo en la carrera y hecha la salvedad, insistimos en pedirles que marchen y sean los más veloces, son infantes y la infantería lucha con las armas y con las piernas, que son su caballo. Será el cuerpo más veloz. Hagamos espíritu de cuerpo. Busquemos ser los campeones de la marcha”.
EL ESPÍRITU DE SUFRIMIENTO Y DUREZA: No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed ni de sueño; hará todos los trabajos: cavará, arrastrará cañones, estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.
“Y así haciéndoles ver desnuda la vida militar, y pidiendo que sufran por convicción……. ¡Cantan luego, contentos, arrastrando los cañones del hermano artillero!: ¡arrastrará cañones! ¡Arriba la Legión!!”
EL ESPÍRITU DE ACUDIR AL FUEGO: La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera, acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no haya orden para ello.
“Es el secreto de la victoria”.
EL ESPÍRITU DE DISCIPLINA: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.
“Es la salud de la Patria”
EL ESPIRITU DE COMBATE: La Legión pedirá siempre combatir sin turno, sin contar los días ni los meses ni los años.
“Es, fue y será el espíritu de la Legión”.
EL ESPIRITU DE LA MUERTE: El morir en combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
“Hablemos de la muerte a los soldados; que huya esa visión dantesca, alejemos de su mente el horror. Que no sea una temible furia enlutada y tenebrosa que amedrenta con su guadaña. Mostrémosla joven y bella, besando la frente del héroe y derramando flores en su derredor. Que sea el ángel de la guarda para el soldado que lo lleva al cielo”.
LA BANDERA DE LA LEGIÓN: Será la más gloriosa, porque la teñirá la sangre de los legionarios
“Orden dada, orden cumplida……..Es la norma de La Legión”.
TODOS LOS HOMBRES LEGIONARIOS SON BRAVOS: Cada Nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar que pueblo es el más valiente.
“Dada la condición singular de este Cuerpo, compuesto de hombres de todos los Cuerpos del mundo, es estímulo para que al querer exaltar el crédito en valor guerrero de cada uno, La Legión que es la fusión de todo, alcance la suma de todas las bravuras”.
La importancia del Credo legionario y su significado espiritual, lo pone de manifiesto el propio Millán Astray, en sus “Instrucciones a las Banderas”, dictadas cuando ya de Coronel, vuelve a tomar el Mando de La Legión en febrero de 1926, en ellas entre otras cosas dice:
“Y vuelvo a tomar el mando de La Legión, que sigue su historia gloriosa e inmaculada, basada en el Credo Legionario, fundamento de su espíritu, que se ha mantenido incólume a través de los mandos del glorioso Valenzuela y del invicto Franco, y sellándose el cumplimiento de sus artículos con las vidas de 87 jefes y oficiales, y 1246 legionarios, y con la sangre de 270 jefes y oficiales y 4969 legionarios”.
Más adelante continua: “El Credo definidor de las reglas del heroísmo y del espíritu de sacrificio legionario, que con profusión se seguirá repartiendo como hasta ahora, será conveniente que lo conserven sobre si los legionarios, y espero que de igual forma lo harán mis queridos oficiales, y llegada la hora cumplirán fielmente su mandato como nos lo exigen los que cumpliendo, murieron por la Patria”.