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VOLUNTARIADO

DESDE EL RINCÓN DEL SAC

El SAC quiere hacer más, pero no puede...

¡¡¡FALTAN BRAZOS!!!

Desde este rincón del SAC, solemos compartir con todos los lectores de este boletín informativo mensual que emite la Hermandad Nacional, y de la forma más anónima posible; lo que venimos haciendo en esta importante parcela de las actividades de nuestra hermandad, cual es la acción social, la ayuda al necesitado. Para eso se creó el SAC. Pero también es conveniente que Vds. conozcan qué es lo que dejamos de hacer, que no es poco. Lo contrario sería puro triunfalismo, un mero ejercicio de autobombo y propaganda. Pero las cosas no son así. Ya lo dijo San Mateo: “La mies es mucha, pero los obreros, pocos” y nosotros “rogamos al Señor para que envíe obreros a la mies”.   
 

Es cierto. Visitamos enfermos en los hospitales, a mayores en sus residencias geriátricas, tratamos de atender a los que están desesperados porque la puñetera burocracia, o el caos en la Seguridad Social, que margina a muchos de los nuestros de las ayudas estatales o de las comunidades autónomas que ya tienen concedidas. Tratamos desde el centro de nuestra geografía llegar hasta los viejos legionarios necesitados allí donde se encuentren. Pero ¿saben Vds. cuan limitadas son nuestras asistencias?

No, no piensen en el dinero, que, siendo importante, no lo es todo. No, les hablamos de otras cosas. Les hablamos – les pedimos – visitar a los necesitados, conocerlos, ganar su confianza, ofrecerles nuestra compañía, nuestra complicidad y compresión, y sobre todo, demostrarles que estamos dispuestos a ofrecerles algo tan importante como es nuestra disponibilidad y nuestro tiempo en forma de compañía, de calor que mitigue sus rutina y su soledad. ¿No es eso lo que nos demanda nuestro Credo Legionario, con el que todos juntos, socios activos y simpatizantes, estamos comprometidos? Sí. Estamos visitando a hospitalizados, ingresados en hospitales psiquiátricos, atendiendo a asistidos que no perciben nada de nada de los Servicios Sociales. Buscando y gestionado soluciones habitacionales para los que no tienen un techo donde cobijarse. Gestionando asistencias psicológicas y odontológicas para algunos de ellos; pero no se imaginan la ilusión, la verdadera necesidad con las que nos esperan y lo frustrante que es, no poder hacer frente a ellas con la frecuencia que sería deseable. Y es que somos pocos, muy pocos los voluntarios (permítannos en esta ocasión hacer un canto a todos ellos: ¡valientes!) que han dado un paso al frente y han dicho “¡aquí estoy yo! ¡cuenten conmigo!”. Se nos pueden contar con los dedos de ambas manos, pero si descontamos los que se encuentran en situaciones físicas o personales que les impiden sumarse al resto, lo cierto y verdad es que sobraría una de las dos manos. ¿Cómo vamos a llegar así a cubrir todas las necesidades que se nos presentan?
 
El caso es que no nos detenemos ante nada. Si nos llaman desde Almería porque hay que asistir a un legionario en activo, que ha sufrido un accidente y se tiene que trasladar a Madrid para recibir tratamiento en el Centro Nacional
de Rehabilitación de Daños Cerebrales, y a su propio padre, un antiguo legionario que lógicamente quiere estar a su lado; allá que vamos. ¿Pero cuantas veces? ¿Qué asistencia prestamos? Desde luego, menos de la deseable. Y si nos traemos a otro viejo legionario que malvive en el desamparo en Huelva a Madrid y le ofrecemos la solución que está a nuestro alcance, gestionando para él alojamiento en un albergue de la Benemérita Orden de San Juan de Dios ¿Ahí se queda todo? ¿Lo arrojamos allí y nos olvidamos de él?... Y si uno… Y si otro …. Y si otro… y si el de más allá…Tratamos de llegar a todos, de atenderles, pero no hay peor ayuda que la de generar falsas expectativas, frustrar esperanzas.

 

Por eso apelamos a ti, lector que has llegado hasta el fondo de este boletín y has tenido a bien leer este mensaje. NECESITAMOS BRAZOS. Nada fuera de las posibilidades de cada cual. Sí, a ti nos dirigimos, miembro de esta Hermandad, antiguo legionario o simpatizante. No mires para otro lado. Incluso podemos asumir que tú no puedes, o que en este momento tienes otras prioridades, pero siempre podrás incentivar a un amigo o compañero para que dé el paso adelante por los dos. Ponte en contacto con nosotros. En la Hermandad te darán razón y cualquiera de nosotros se abrirá a ti para que te unas al grupo.

¡¡¡TODOS JUNTOS FORMAMOS BANDERA!!!

Envíanos un mensaje
y pronto nos pondremos en contacto contigo.

¡Gracias por tu mensaje!

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