El capitán Sierra Algarra, reunió su fuerza, la arengó, y dejando capotes y mochilas en la base de partida se lanzó con toda decisión a la cabeza de su tropa, impulsándola con su ejemplo al logro del objetivo que se le había señalado. El fuego era muy intenso y sin embargo el avance siguió sin interrupción. Al resultar herido el jefe de la Bandera, recae el mando de esta en el capitán Serra, quien continúa la progresión consiguiendo llegar a la alambrada, que es el primero en pasar, auxiliándose de granadas de mano.

Prosigue el asalto y es también el primero en causar bajas al adversario con su pistola, al comenzar dentro de la posición la lucha cuerpo a cuerpo, no obstante rebasar el 50 por 100 de sus efectivos las bajas de la Bandera, consigue aquel apoderarse de las armas automáticas en las primeras líneas y ordena a sus soldados que las utilicen para hacer fuego sobre el enemigo, en cuyo momento es herido de gravedad , negándose a ser evacuado hasta la posición quedo en poder de su tropa y totalmente consolidada.